Duele pensar en los que se han ido para siempre sin volver a ver su Venezuela libre y serena.
A
los abuelos, a los padres, a los que perdieron la vida recordando lo
que era nuestra Venezuela y no tendrán más la esperanza. Las costumbres,
las tradiciones, la hermandad y los perfumes de la comida y de los
jardines de nuestras ciudades. El correr libres por nuestras playas.
Los
que se fueron con el anhelo de que nuestro país volviera a ser el de
antes, que brotaron una lágrima antes de irse para siempre.
Si
nosotros recordamos las cosas buenas que pasamos en la vida y más
cuando éramos chamos, si nos acordamos de los lugares, de lo que
hacíamoos, de los juegos con los panas en los parques, en los
callejones, me pregunto cuales pueden haber sido los recuerdos de
nuestros padres y abuelos , que se criaron y vivieron en Venezuela en
sus mejores años. Qué dolor pensar en nuestros chamos que no han
disfrutado todavía de un país libre y democrático, en donde poder
estudiar, crecer y pasársela bien.
Nos han quitado todo lo material y lo necesario, nos han quitado el amor y el cariño entre nosotros.
Cuando
leo en las redes sociales los que escriben "qué lindo es no vivir en
Venezuela" puedo comprender el sentimiento y la amargura, sin embargono
puedo no recordar que LINDO ERA VIVIR EN VENEZUELA y a cuando antes de
acostarnos pedíamos la Bendición a nuestros padres.
Qué lindo sería volver a casa. Es un amor que no se puede olvidar.