“La energía positiva es más efectiva de la que produce la envidia”.
Todos nos preguntamos cuál será
el combustible que utilizan los motores de Nicolás Maduro. Cuesta creer que un
país funcione con motores imaginarios, porque desde que tengo uso de razón los
motores que he conocido en mi vida son de algunos materiales específicos y, no
construidos de los materiales extraídos de la mente de un fanático a la ingeniería
o a las historietas.
Volver a caer en los famosos
cuentos chinos socialistas, que ya de chino tienen muy poco; son más de 20 años
de ellos y el ciudadano ya conoce muy bien de dónde es que provienen esas
aguas.
El país para salir de sus
problemas, la mayoría creados para mantener un poder corrupto y ambicioso,
necesita de medidas drásticas y , la mayoría de ellas son anti populares que
afectarían al gobierno de turno, pero beneficiaría al ciudadano de a pie.
No hablemos más de motores
imaginarios, hablemos de acciones que sus resultados den dividendos para
comprar maquinaria y herramientas para reconstruir el país. Los cambios son
aterradores; eliminar el control cambiario, abolir la inamovilidad laboral,
reducir los gastos públicos, no regalar más petróleo, permitir el libre
comercio, aceptar la importación y exportación por parte del ciudadano común.
Pero estos cambios no los aceptara el régimen por las consecuencias negativas
que les traería para continuar con su proyecto castro comunista, por eso es que
es aterrador para este régimen. Todo cambio requiere de sacrificios y de muchos
esfuerzos, no de los motores que los niños usan en sus juegos de lego.
La mayoría de los venezolanos
piden a gritos que le mejoren su calidad de vida “alimentos, medicinas,
seguridad, trabajo” pero en socialismo esto no es posible sin sacrificar un
sector de la población para poder mantener a quienes sostienen el poder.
En este momento estoy haciendo un
gran esfuerzo para poder escribir estas palabras, porque el motor de la vela no
tiene fuerza para proporcionar la suficiente luz, para poder ver bien las
líneas de mis letras en el borrador que estoy haciendo a mano.
Venezuela no quiere más motores,
el difunto dejó muchos fundidos para estar reemplazandolos por unos peores.
La palabra sin acción es palabra
muerta y los motores imaginarios no hacen ruido.
La frase “Para hacer tortillas
hay que reventar huevos” de Alejandro Toledo, expresidente del Perú, me alumbra
el camino para lograr el cambio.
“La imaginación de los
socialistas es tan atrevida que aun creen en los unicornios”.
Luís Córdoba Reyes
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