“El hombre no dejará de hacer negocios aunque el vecino se este muriendo”
La crisis económica que están sufriendo todos los países debido al virus que asusta a todo el mundo y del que se han aprovechado los oportunistas, entre ellos gobernantes y farmacéuticas, logrando bajar de clase social al ciudadano promedio.
Es muy fácil controlar una sociedad enferma y temerosa, el tema está, en cómo poder mantener la masa tranquila y sin pasar necesidades, cosa que no está pasando, estamos viendo una humanidad desnutrida, preocupada y pauperizada.
Los países se han venido endeudando con sus programas de subsidios, de salud y la compra de vacunas, el presupuesto de las naciones sigue subiendo, dejando los bolsillos de los ciudadanos cada día más vacíos y endeudados.
Los picos que vemos, son los picos de la corrupción, de la delincuencia, del desempleo y de muertes debido a otras patologías diferentes al virus que nos ataca.
La responsabilidad ciudadano siempre brilla por su ausencia, es por eso que todo tiene que ser obligado para que el comportamiento se pueda cumplir, de ahí que las cuarentenas y prohibiciones han hecho de las suyas.
Una crisis virulenta está dominando al ciudadano común, mientras los gobiernos hacen sus grandes negocios ya que su tiempo pasa, mientras el contribuyente seguirá pasando trabajo y pagando escondites a peso para que el virus no lo alcance.
La falta de responsabilidad como el compromiso frente a las circunstancias ha permitido que el socialismo siga comprando conciencias, convirtiendo al ciudadano pedigüeño en un esclavo fácil de dominar.
Está crisis virulenta llegó para quedarse, pero la falta de compromiso ciudadano permitirá que los gobernantes sigan utilizando las enfermedades como herramienta para la manipulación de masas, porque lo más fácil de controlar en una población son sus pasiones y con ellas su obediencia.
¿Cuál será el fin de este virus y de la tan prometedora vacuna? El virus seguirá su camino con sus mutaciones normales y la vacuna será una esperanza a quien se la aplicará, pero nada mejorará si la masa sigue obediente frente a los caprichos de los gobernantes.
Quien pretende
controlar una “Pandemia” a punta de contaminadas mascarillas sin mejorar ni
dotar las instalaciones hospitalarias, sólo conseguirá que la crisis virulenta
continúe de una manera consentidora y complaciente.
El maratonista estadounidense Dean Karnazes con su empeño y disciplina nos demuestra que no hay nada mejor que el control personal “ Algunos buscan la comodidad de la oficina de su terapeuta, otros van al bar de la esquina y se toman unas cervezas, pero yo elijo correr como mi terapia”
“Para salir de una
crisis, sólo hay que dejar ser más del montón”
Luís Córdoba Reyes
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