“La dignidad y la verdad en un hombre empieza por su
palabra”
En la política algo de que se hace mucho alarde, es de la
honradez, la lealtad y el compromiso que tiene quien piensa ser un servidor
público, de esto hacen mucha propaganda los seguidores o afectos de un
candidato.
La verdad es algo que se busca dentro de una campaña
política y más si se trata de la búsqueda del empleado público que va a tener
mayor rango dentro del gobierno, persona que debe ser ejemplo ante los
ciudadanos a los que le va administrar sus impuestos e inversiones.
En Colombia las elecciones presidenciales se han
caracterizado por el desprestigio, las negociaciones entre mafiosos, acuerdo
con grupos guerrilleros y lealtad ante el corrupto y el hipócrita.
No se escapa nadie de ser tildado de corrupto, paramilitar,
narcotraficante o guerrillero, aunque algunos sí lo son, a pesar que sus
votantes se rasguen las vestiduras por defenderlo y ocultar su pasado, pero la
verdad nunca termina escondiéndose bajo las piedras.
La palabra de los candidatos en Colombia está en juego en
estas elecciones para la presidencia del periodo 2022 al 2026, pues se juega el
verdadero futuro del país y más cuando hay figuras que llevan el idealismo
comunista dentro de sus deshonrosas venas.
La dignidad de un candidato no se puede poner en duda y debe
ser el mismo candidato el que con su forma de expresarse y de defender sus
ideas y planes demuestre su honorabilidad, así no tendrá ninguna duda el
ciudadano que piense votar por él.
La palabra no necesita notaría… La palabra es lo más
importante de un hombre, aunque algunos tienen que ir a una notaría para que su
palabra tenga algo de valor, y esto se vio recientemente con el candidato
socialista Gustavo Petro.
La palabra no necesita una notaría… Qué un candidato a la
presidencia vaya a una notaría a hacer un contrato para demostrar que no
miente, es patético y sus planteamientos e ideas ya no cuentan con mucha
credibilidad.
La traición más grande que puede tener un servidor público
es mentirle al soberano, de esto tiene mucho el guerrillero Gustavo Petro,
tanto así que sabiendo por los pasos en los que andaba la “Senadora” Piedad
Córdoba la nombra miembro leal del mal intencionado Pacto Histórico.
Hoy las mentiras y las triquiñuelas de las que se ha valido
el socialista Gustavo Petro para engañar a sus fieles seguidores, se derrumban
como baraja de naipes con cartas marcadas, a él sólo le creen resentidos o
personas que piensan que destruyendo a los ricos van a salir de su pobreza,
cuando la pobreza mental que tienen, es más peligrosa que la pobreza real.
El escritor estadounidense John Calvin Maxwell nos enseña
que no hay que ir a una notaría para ponerle valor a la palabra o la dignidad,
él dice “Existen dos tipos de orgullo, el bueno y el malo. El “Orgullo bueno”
representa nuestra dignidad y nuestro amor propio. El “orgullo malo”, es un
pecado mortal de superioridad que apesta a presunción y arrogancia” Estas dos
diferencias son fundamentales para obtener buenos principios éticos, es por
esto que los colombianos deben analizar, estudiar y comprender muy bien la
palabra que sale de la boca de los candidatos que desean ser el nuevo
presidente de Colombia.
1 comentario:
Excelente artículo, gracias por compartirmelo Luis, fuerte abrazo desde Bogotá.
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